La decisión de mantener o no el corsé sobre las boletas residenciales de luz y gas para el área Metropolitana está empezando a despuntar en las filas internas del kirchnerismo. El debate se mantendrá solapado y con sordina hasta después de las próximas elecciones legislativas por pedido expreso de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, que no quiere que el tema se instale en la agenda mediática antes de tiempo.
Algunas señales permiten avizorar que después de octubre la definición de la política de subsidios se discutirá puertas adentro del Gobierno. La Ley de Presupuesto 2014, sancionada hace dos semanas, prevé un incremento del 3% de las subvenciones económicas al área energética, muy por debajo de la inflación y del ritmo creciente de las importaciones energéticas (crecieron un 30% en 2013). Aún así, el kirchnerismo se acostumbró a redireccionar partidas presupuestarias en función de la necesidad, por lo que los números que figuran en el texto de Ley no son muestra fidedigna de lo que finalmente ocurrirá.
Asimismo, de la evolución alcista de las acciones de las empresas energéticas en la Bolsa local y en Wall Street se desprende que el mercado espera un reacomodamiento de los precios de la energía para los próximos meses. Por caso, el papel de Edenor -la mayor distribuidora de energía, controlada por Pampa Energía- triplicó su valor en Nueva York desde fines de agosto a la fecha.
Con todo, en el Ejecutivo existen posiciones encontradas. En el Ministerio de Planificación, que dirige Julio De Vido, abogan por una reducción gradual del esquema de subsidios. Proponen retomar la senda iniciada a fines de 2011, que apuntaba a recortar los subsidios a sectores de alto poder adquisitivo. En la misma línea de pensamiento se encolumna Daniel Cameron, secretario de Energía.
En Planificación ya empezaron a hacer cuentas. “Tenemos individualizado a sectores de la población con un alto poder adquisitivo que hoy reciben subsidios por entre 12.000 y $ 15.000 millones anuales que podrían pagar lo que cuesta la energía sin que eso repercuta en una pérdida significativa de su calidad de vida”, explicó a El Inversor Online un funcionario de esa cartera.
La visión del secretario de Política Económica, Axel Kicillof, titular de la Comisión de Planificación de Inversiones Hidrocarburíferas, es diferente. El economista cercano a La Cámpora se opuso y logró frenar a principios de 2012 el retiro voluntario y gradual a los subsidios a las tarifas de luz y gas. Considera que las subvenciones estatal representan un salario indirecto de miles de personas en Buenos Aires y el conurbano y contribuyen a mantener pujante la demanda agregada de la economía argentina. El secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, comparte en líneas generales ese posicionamiento.
La decisión final correrá por cuenta de la presidenta Cristina Kirchner, que pocos meses atrás defendió públicamente la implementación de los subsidios energéticos y garantizó su continuidad. Hoy en día, la necesidad de controlar el gasto público y de redefinir la política energética para captar inversiones a fin de frenar la declinación de la producción local de petróleo y gas podrían modificar su percepción.
Fuente: http://elinversoronline.com/
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