A partir de las distintas adjudicaciones instrumentadas bajo el Programa RenovAr, sumada la renegociación de contratos de la gestión anterior, el Gobierno de Mauricio Macri está habilitando al mercado privado la construcción de 41 centrales eólicas por casi 3.000 MW, a montarse en 9 provincias del país.
Esta potencia supone que se erigirán casi 1.000 aerogeneradores en el territorio argentino a partir de este año. A este número habrá que agregarle aquellos proyectos que pudieran construirse para abastecer al mercado privado (Mercado a Término de Energías Renovables).
“Durante los últimos 2 años, desde comienzos del programa Renovar, una de las preguntas que más ruido y controversia generaba era si es o no conveniente el componente nacional, y en particular, la torre (eólica) nacional”, recuerda Pablo Díaz Delfino, consultor en energías renovables y gestión de compras, en diálogo con Energía Estratégica.
En una entrevista, el ingeniero analiza las tres alternativas en soluciones de torres eólicas que están barajando los inversores detrás de cada proyecto: importarlas, comprarlas en el mercado local o bien que sean fabricadas in situ con material de hormigón.
En principio, ¿qué porcentaje de componente nacional le significan las torres a un parque eólico?
Cada tecnólogo tiene diferente configuración de torre, diferentes espesores de acero, internos, cables, exigencias de calidad, etc.
De todos modos, para poder estimar valores de mercado, tomemos un caso hipotético de un parque eólico con las siguientes consideraciones: 100 MW totales, con aerogeneradores de 3.5 MW (115 m de torres con 5 secciones, rotor 136 m), con subestación completa, 1 Km de conexión de Alta Tensión, y una distancia a puerto de menos de 100 Km. El porcentaje de la torre de acero nacional sobre el total del componente electromecánico podría variar entre el 18% hasta el 25%.
Y en cuanto a precios, ¿qué rol juegan los costos arancelarios para las torres importadas y qué ventajas significan los beneficios fiscales para las fabricadas de acero localmente?
El rol es fundamental. Sin estos derechos arancelarios y beneficios fiscales, no se lograría la competitividad que requieren los fabricantes locales frente a torres chinas, donde los costos de los materiales pueden tener mayores beneficios que los argentinos, y esto hace que no sea una sana competencia.
Adicionando información de otros potenciales componentes, tenemos fabricantes de transformadores que exportan con altos niveles de calidad y costos competitivos, y podrían perfectamente adaptarse a la industria eólica aumentando el porcentaje de componente nacional.
¿Para algún parque, quizá más cercano a algún puerto, conviene más una torre importada que las fabricadas en el país?
La conveniencia de fabricación local vs importada se da por varios factores y no sólo por el costo directo. Uno de ellos es el financiamiento del proyecto completo para la elección del origen de los componentes. Otro factor es el componente declarado que haya colocado el oferente (generador) en la licitación del Renovar, ya que en caso de no cumplirlo puede tener grandes penalidades, y esto lo obliga a colocar componente nacional.
En referencia a la distancia desde el puerto de destino (Ej: Bahía Blanca o Puerto Madryn) hasta el parque eólico los costos logísticos de traslado son muy variables. No es lo mismo un parque que se encuentra a 50km versus otro a 700 km (no sólo por el costo de traslado propiamente dicho, sino por los riesgos de traslado, estudios de ruta, cambio de jurisdicciones de provincias, etc.).
En comparación con otros mercados (como Brasil, por ejemplo) va a ir sucediendo lo mismo: a medida que la industria eólica se desarrolle en la Argentina, los costos logísticos irán disminuyendo por mayor competencia y conocimiento de la tecnología.
A grandes rasgos y en función de las simulaciones realizadas, el cuadro debajo puede representar lo que actualmente considero sobre cómo el mercado de las torres podría desarrollarse.

Comparativamente entre las torres de acero y las de hormigón consideradas como fabricadas localmente, ¿cuáles conviene más o de qué depende tal conveniencia?
Creo que ambas pueden convivir en el mercado argentino. A partir de una distancia considerable desde el puerto de descarga (300 km aproximado), la torre de concreto comienza a ser más competitiva.
Por otro lado, la capacidad de producción de las torres de acero es más flexible y más alta, aunque en el caso de torres de concreto el peso del porcentaje del contenido nacional sería más elevado. No hay una mejor que la otra, va a depender de las variables de cada parque eólico.
A modo de conclusión y para aspirar a que esta industria local continúe su desarrollo y optimización de procesos por los próximas 10 o 15 años, sería una buena oportunidad que el Gobierno pueda extender el bono fiscal para aplicar al pago de derechos u otros impuestos que sean rápidamente capitalizado por los mismos proveedores. Lograr generar un mercado demandante de este bono sería ideal, y que impulse la competitividad del sector.
No hay que olvidarse de otros componentes indirectos que podrían generar puestos de trabajos calificados y competitivos como los pernos de anclaje o internos de torres (plataformas de aluminio y cables), pinturas, etc.
¿Qué diferencias competitivas en cuanto a calidad puede encontrarse entre torres importadas y aquellas fabricadas por la industria nacional y aquellas de hormigón?
En cuanto a la calidad de las torres de acero, la industria local tiene altos estándares debido a su experiencia desarrollando equipos en el mercado del Petróleo & Gas, y también en cuanto al personal calificado, principalmente en soldadura (una de las tareas más críticas a la hora de fabricar las torres de acero).
Los tecnólogos internacionales tienen estrictos controles de procesos y rigurosos procedimientos de calificación de proveedores y la industria local demostró estar al nivel de estos estándares con la aprobación de al menos cuatro proveedores de torres de acero.
Por otro lado, en referencia a las torres de hormigón, la calidad de éstas se basa no sólo en los materiales (áridos), sino también en los procesos de fabricación. En este campo, los referentes del know-how principalmente son de España (Inneo, Pacadar, Windtechnic).
Si bien no hay una gran cantidad de torres de concreto instaladas a nivel mundial, esto es debido a varios factores: materiales disponibles en los países, altura de las torres, distancias a puertos, accesibilidad de rutas, etc.
Nota del redactor. Para el caso de las granjas en estado crítico, nada de esto influye en lo más mínimo.
Fuente: www.energiaestrategica.com
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