Nuevo sistema para almacenar energía eólica y solar
Ingenieros y arquitectos daneses diseñan «islas verdes» (o atolones artificiales) capaces de almacenar en lagunas de agua de mar el exceso de energía eólica y marina
Estamos constantemente escuchando que tenemos que reducir nuestro consumo energético. Y es cierto. Pero ¿y lo importante que es que seamos capaces de almacenar la energía? Las energías renovables, como la eólica o la solar, tienen una desventaja obvia: la energía se produce solo cuando luce el sol o sopla el viento. Un problema menor hoy, tal vez, pero que crecerá con nuestra creciente dependencia de las energías eólica y solar si queremos realmente «descarbonizar» el planeta. Por eso es tan importante poder almacenar esa energía para que podamos utilizarla cuando la demanda es alta reduciendo así la necesidad de utilizar combustibles fósiles.
El desafío, por tanto, es encontrar vías para almacenar energía, un hueso que se está volviendo duro de roer para los investigadores. Por el momento, las baterías constituyen la forma más utilizada para guardar esa energía que producimos, pero éstas tienen sus limitaciones en términos de expectativa de vida y capacidad.
Con el fin de hacer las transiciones necesarias y avanzar hacia un sistema de energía basado en las fuentes renovables, pero que sea eficiente, estable y seguro en el suministro energético, debemos encontrar formas de almacenar el exceso de energía del viento y del sol para evitar que simplemente se conviertan en residuos. En algunas de las regiones montañosas del mundo, el bombeo de agua se utiliza para equilibrar el sistema energético. El agua se bombea hacia depósitos elevados de centrales hidroeléctricas para generar energía en los períodos posteriores de alta demanda. Para las regiones bajas y costeras de nuestro planeta esto no es una opción. Estas zonas suelen ser las adecuadas para los parques eólicos, tanto en tierra como en alta mar, aún cuando hoy en día carecen de métodos para almacenar grandes cantidades de energía.
Partiendo de esta idea, un grupo de arquitectos e ingenieros daneses, del estudio de arquitectura Gottlieb Paludan y del Laboratorio Nacional para la Energía Sostenible en Riso de la Universidad Técnica de Dinamarca, han ideado la construcción de islas artificiales que almacenan energía por medio del agua de mar, a las que han llamado «islas de energía verde». Un concepto visionario, que aunque aún en fase inicial de desarrollo, acaba de recibir el premio de la Asociación danesa de Arquitectos, y que ya está siendo estudiado por la Unión Europea con el objetivo de proveer de fondos para realizar estudios geológicos en los emplazamientos que se proponen.
Estos emplazamientos van más allá de Dinamarca —donde hay proyectos para cuatro lugares de la costa (Copenhague, Nordhavn, Kattegat y Kriegers Flak)— pues los promotores han diseñado estas islas artificiales también para China, India, Bahrein y California.
Cada una de estas islas encierra un depósito de laguna, que se vacía mediante el accionamiento de unas bombas cuando hay exceso de producción de energía eólica y solar porque la demanda es baja. A medida que crece el consumo, el agua de mar entra nuevamente dentro del deposito accionando las turbinas que generan nueva energía.
100% renovable
Si bien el diseño de estas islas es novedoso, el concepto fundamental que hay detrás no lo es. Es el mismo que se utiliza para generar energía hidroeléctrica convencional, que incluso ya tiene su versión más avanzada y ecológica en la isla canaria de El Hierro, con su proyecto ya en construcción de una central hidroeólica. En la isla canaria esto es posible por la orografía del terreno, pero no ocurre lo mismo con la costa danesa, por ejemplo. Por eso, los promotores del proyecto toman la idea y le dan un «giro danés», añadiendo a su atolón artificial lleno de agua de mar aerogeneradores, placas solares, algas para biomasa, granjas acuícolas y cultivos para obtener biocombustibles. Todo en uno para que sea 100% renovable.
Así, dependiendo de las funciones específicas y la regulación de la producción y del pico de demanda, las islas se pueden construir en mar abierto, en relación con grandes proyectos de infraestructuras o en las cercanías de las ciudades más grandes. Según el planteamiento de los promotores, el tamaño de las islas puede ir de 1,5 a 45 kilómetros cuadrados con capacidad para almacenar energía de entre 800 a 35.000 MWh, y dependiendo de su localización y tamaño podrán albergar viviendas, áreas verdes de recreo, etc. Por ejemplo, en la que está proyectada frente a la ciudad de Copenhague, en una isla artificial ya existente que alberga una planta energética, la capacidad de generación de electricidad es de 2.300 MWh, o lo que es lo mismo, el consumo energético de 230.000 hogares en 24 horas, y lleva asociada parques y zonas de recreo, una playa y cultivos de algas, tanto para biocombustibles como alimentación.
Según Allan Schroder Pederson, de la Universidad Técnica de Dinamarca, los estudios geológicos y análisis comerciales y económicos se llevarán a cabo en los próximos tres años. Después se pondría en marcha un proyecto piloto, con lo que el proyecto podría ser una realidad en siete u ocho años. «Esto es lo bueno de este proyecto —dice Schroder— se basa en tecnología conocida y puede construirse ahora, no es ciencia ficción». Todo ello utilizando el recurso más abundante y accesible en el mundo, el agua de mar, para resolver un problema medioambiental urgente.
Fuente
http://www.abc.es
Publicar un comentario