Las inversiones del GENREN podrían superar en total US$ 1.500 M

El potencial ofertado al amparo de la ley 26.190 de energías renovables del Plan GENREN vio ampliamente excedida su convocatoria de oferta inicial fijada en torno de un total de 1.015 MW. La estatal Enarsa recibió la presentación de un total de 49 proyectos que estarán basados en el uso de energías renovables que reúnen un total de 1.461 MW.  El 14 de diciembre se abrieron los sobres con los antecedentes técnicos y, en caso de superarse esa instancia, se efectuará la apertura de los sobres con las ofertas económicas (de precios).

 
En su llamado licitatorio, Enarsa  llegó a vender un total de 26 pliegos que están en cabeza de 22 grupos inversores u oferentes. Los proyectos que despertaron  un mayor atractivo por parte de los inversores privados conciernen al montaje de molinos eólicos, que reunieron un total de 1.203 MW en distintos proyectos. A partir de los análisis por encararse podría inclusive sumarse el Banco Interamericano de Desarrollo a solventar parcialmente alguno de esos proyectos, siempre que los oferentes así lo requieran.

Si se tiene en cuenta que el montaje de un megavatio cuesta un promedio de US$ 1.200.000, las inversiones en danza, entre todos los conceptos basados en recursos renovables, no podrían de ningún modo resultar inferiores a los 1.500 millones de dólares.

No cabían dudas de que los proyectos en energía eólica eran  la “niña  mimada” del GENREN, especialmente por las fantásticas posibilidades que brindan los vientos de una extensa región del país que cubre más de 1,2 millón de kilómetros cuadrados, tal como lo determinó un  mapa eólico confeccionado hace tres años por iniciativa del Ministerio de Planificación.

Como era esperable, los ingenios San Martín del Tabacal, Ñuñorco, Santa Bárbara y La Florida se anotaron con un potencial total de 54,1 MW. Ese potencial  está en completa línea con el abundante acceso de combustible que obtienen los ingenios en cada zafra azucarera. Esa materia no es otra que el bagazo de la caña de azúcar que hasta el presente se quemaba en los campos cultivados sin utilidad alguna, mientras que ahora esos ingenios se asegurarán su propia fuente energética de proceso, lo que les permitirá prescindir del uso del gas natural.

Otro rubro que encontró gran atractivo tiene que ver con los proyectos basados en el uso de biocombustibles, lo que está en línea con la riqueza primaria que caracteriza al país.

Cabe recordar que según determinó la ley 26.190, en un plazo de una década el 8% del consumo energético nacional deberá basarse en la utilización de fuentes de energía renovables.

Como reaseguro de la amortización de sus inversiones, los operadores  tendrán la garantía de  un contrato de compra de su producción energética durante un plazo de quince años por parte de la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico.

La  adjudicación de los proyectos se materializará, como es lógico suponer, en base al menor precio a pagar por la energía entregada.
 
Muchos de los proyectos que buscan ampararse en la ley 26.190 ya están en marcha. Esos son los casos de los ingenios Tabacal, Ñuñorco, Santa Bárbara y La Florida, de instalación de parques eólicos en Ancasti y Puertas de Arauco en Catamarca y La Rioja, que están en cabeza de IMPSA.

De Vido recordó que a partir del 1° de enero se sustituirá el 5% de las naftas que consume la Argentina con la inclusión de etanol. En materia de biocombustibles, destacó que durante 2010 se reemplazarán 490.000 t de gasoil con aceites.

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