La energía eólica de baja potencia

En países desarrollados, empresas y gobierno apuntan a instalar pequeños aerogeneradores domiciliarios que trabajan con la red pública de distribución de energía. 

Argentina es uno de los países pioneros y más experimentados en el desarrollo de la energía eólica de baja potencia, aquella que es utilizada para instalaciones aisladas hasta los 3 Kw. La producción nacional comenzó en los noventa en Córdoba por Giacobone y desde 2011 también aparecieron los equipos de Fiasa y Tecnotrol. Uno de los mayores jugadores en el mercado de baja y media potencia es INVAP. 
En el informe “Estado de la Industria Eólica en Argentina”, del 2009, realizado por la CADER (Cámara Argentina de Energías Renovables), dedica un apartado dedicado a este tipo de equipos eólicos de baja potencia.

“En la actualidad, comercializa sistemas basados en el aerogenerador IVS 4.500 de 4,5 kW y tiene iniciado el desarrollo de aerogeneradores de media potencia de 25 a 30 kW. A estos se suma la empresa Geolica SA, que recientemente ha introducido en el país un generador de eje vertical denominado Turbisilo, que posee una capacidad de generación de 2 kW”, dice el informe.

En la Argentina hay más de 300.000 unidades en operación para extracción de agua en zonas agrícola ganaderas. La máquina más utilizada es la centenaria Multipala Americano, que mantiene el mismo diseño que tenía a finales del siglo XIX. En materia de aerogeneradores, el concepto utilizado es el de Aerocargador: un pequeño generador de Corriente Alterna que mediante un rectificador, almacena energía eléctrica en un banco de baterías.

“En la actualidad se está desarrollando un programa del Banco Mundial para instalar 1.500 WHS (wind house system) en la provincia de Chubut para pobladores aislados. El plan prevé una inversión de 12 millones de dólares y es el proyecto eólico de baja potencia más importante del país. Ya se instalaron los dos primeros proyectos piloto, uno en Pocitos de Quichaura y el otro en Costa de Ñorquinco. La Provincia ha creado recientemente a la empresa Eolo Chubut que tendrá a cargo la distribución del servicio eléctrico en el mercado rural provincial”, explica el texto.

“En los países líderes en la generación de energías renovables, el desarrollo de la energía eólica de baja potencia ha avanzado hasta permitir la generación distribuida de energía, donde los usuarios residenciales se convierten en generadores que trabajan autoabasteciéndose y volcando sus excedentes a la red pública. En nuestro país aún no se ha reglamentado esta modalidad, pero el enorme potencial eólico que tienen nuestras ciudades del litoral Atlántico y de toda la Región Patagónica, permitirían un rápido desarrollo de este nuevo concepto, en tiempos de crisis energética”, añade.

El futuro de la energía eólica de baja potencia va más allá del uso rural. En países desarrollados, empresas y gobierno apuntan a instalar pequeños aerogeneradores domiciliarios que trabajan con la red pública de distribución de energía. De este modo, los usuarios residenciales también serán generadores de energía.


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