España: Televisión gracias al viento

En los últimos 10 años, los montes de Candán y Ameixeiras, en Lalín, se llenaron de aerogeneradores. No fue sin polémica, porque este paisaje montañoso, a medio camino entre las provincias de Pontevedra y Ourense, intentaba entonces la supervivencia de la mano del turismo rural. Una década después, de uno de esos parques eólicos depende el funcionamiento de la Televisión Digital Terrestre (TDT) en Zobra, una de las parroquias más extensas y aisladas de Lalín.


Desde el sábado, los 155 vecinos de la localidad vuelven a ver la televisión tras 15 días de "apagón". Una avería obligó a parar durante dos semanas el suministro en el Monte Ameixeiras, que aporta la electricidad al repetidor de la TDT.

"Es la única manera viable de hacerlo", aclara Manuel Vilariño, portavoz del Ayuntamiento, para explicar por qué la señal de televisión depende del movimiento de las aspas de un aerogenerador.
Apenas quedan zonas de sombra en Lalín. En su día, después del apagón analógico de abril, sólo 48 viviendas del municipio, de 26.343 habitantes, tuvieron que recurrir al satélite para poder ver la televisión, una cifra que la propia Xunta define de "mínima".

Pero en Zobra, el problema, más que la cobertura, era la distancia. Los 19 kilómetros que separan la parroquia del núcleo urbano de Lalín y la geografía montañosa de la comarca elevaban los gastos de instalación del repetidor, así que Iberdrola, la empresa que explota el parque, y la comunidad de montes del lugar, llegaron a un acuerdo que aparentemente contentó a todos, vecinos y ayuntamiento.

Si se aprovechaba la electricidad producida por los aerogeneradores para alimentar el repetidor encargado de distribuir la señal, se ahorraría tiempo y dinero y además se solucionaría el problema. Y eso se hizo, pero en la primera quincena de septiembre -y en algunos otros momentos puntuales- en Zobra no se vio la televisión.

Samuel Crespo, presidente de la comunidad de montes que apostó por la energía del viento para hacer llegar la televisión digital a cada casa de Zobra, defiende a capa y espada su decisión. "A la empresa no le interesa tener el parque parado, porque pierde dinero", esgrime el vecino, que insiste en que un parón en la actividad de los aerogeneradores -algo habitual, por ejemplo, cuando aumenta la intensidad del viento- no significa que sus vecinos dejen de ver la televisión. "Siempre hay electricidad porque el parque la acumula y la necesita incluso para ponerse en marcha después de estar parado", explica Crespo. "Además, a Iberdrola no le interesa tener los aerogeneradores parados, porque pierde dinero", razona.

El problema llega cuando por tareas de mantenimiento hay que cortar el suministro al repetidor. Un sistema de suministro ininterrumpido, que garantice la llegada de electricidad incluso en estos casos, solucionaría el entuerto, pero esta condición está aún por negociar con Iberdrola. "Estos días ni siquiera había corriente en los 'eólicos'. Estaban todos parados", recuerda Rosa Taboada, representante de sus vecinos ante el Ayuntamiento.

La pedánea de Zobra se queja de que no es la primera vez que sucede algo parecido en la zona, pero como la mayoría de los vecinos aprueba la idea "porque es la más barata". Pero si no es el viento, será el sol, porque por instalar placas solares que sustituyan a la energía eólica pasa la otra idea de los vecinos en su busca de un suministro propio y permanente de electricidad. Incluso el repetidor que ahora se alimenta del parque eólico cambió más de una vez de lugar hasta su actual ubicación en O Castrillón, justo al pie del parque.

Es el Ayuntamiento el encargado de la instalación de la caseta, la torre y la conexión eléctrica necesaria para que la señal llegue a los hogares. A la Secretaría Xeral de Medios, dependiente de la Xunta, no le parece tan extraño que Zobra haya optado por emplear la energía producida en sus montes para ver la televisión. "Industria les exige a las empresas eólicas que la construcción de los parques no afecte a la recepción de la señal de televisión. Así que cuando hay posibilidades de mala recepción, se instala un receptor en la zona del parque", explica un portavoz del organismo de la Xunta. Pero los vecinos sí se dan cuenta de la singularidad de Zobra. "Esto es rarísimo", reconoce Crespo. Eso sí, cuando el parque funciona, la televisión se ve bien. "Tenemos no sé cuántos canales. Demasiados, a mí solo me importan tres o cuatro", bromea.

Fuente: http://www.elpais.com/

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