En el encuentro, los expertos hablaron de financiación. Fabricantes, promotores y científicos dieron un nuevo giro de tuerca a lo que hay que hacer para mantener a Europa en una posición de liderazgo en el estudio y desarrollo de la energía 'offshore'. Y las empresas coincidieron en su mensaje: será rentable cuando se desarrollen proyectos con el costo adecuado.
Para ello es necesario simplificar las turbinas, reducir su peso y coordinar los esfuerzos de todas las empresas y grupos de investigación que están trabajando. No es viable que varios investigadores pierdan el tiempo desarrollando un proyecto en su fase inicial cuando en el país vecino ya se trabaja en una tercera generación de prototipos.
Precisamente para aprovechar la experiencia de otros grupos de investigación y de otros países, la Unión Europea ha creado Orecca. De esta organización habló Jochen Bard. Su labor es diseñar una hoja de ruta para que todos los países sepan que se está haciendo en el mundo. La organización no investiga, solo coordina el trabajo de diez países europeos, más Estados Unidos y Canadá. Todo publicado en su página web (www.orecca.eu) para que nadie pierda el hilo de la investigación.
El camino todavía es largo y la investigación solo ha sacado a la luz la punta del iceberg. Hay algunos hechos claros como que las turbinas instaladas en tierra y mar no tienen ninguna similitud. Pero Acciona -compañía que en España va por delante en investigación- asegura que «no hay una solución óptima, hay variaciones sobre un proyecto». También reconoce que hay caminos por explorar. Entre ellos cita los trabajos para conectar la turbina a la red y liberar la energía o el control remoto de los molinos para poder realizar reparaciones a distancia.
En definitiva, el mercado de la energía 'offshore' es un mercado atractivo con una clara tendencia positiva de crecimiento. La clave es mantener el impulso generado y sumar en esta apuesta al mayor número posible de países y empresas. Múltiples son los retos a los que se enfrenta Europa, desde la creación de un marco político favorable (permisos, licencias, fijación de tarifas), hasta la creación de la red de evacuación de la energía generada.
Pero también múltiples son las oportunidades, especialmente la creación de una industria europea especializada que sea capaz de abastecer a un mercado que implica la fabricación e instalación de 10.000 aerogeneradores para alcanzar el objetivo de 40 gigavatios en 2020. Un mercado que demanda mejoras, con una fuerte inversión en I+D en aspectos tales como la fiabilidad, la eficiencia, la búsqueda de economías de escala, y la cualificación del capital humano, tanto en la fabricación de los aerogeneradores y subestructuras, como en la instalación y el mantenimiento de los parques 'offshore'.
Fuente: http://www.eldiariomontanes.es/
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