“Es una locura no aprovechar nuestro potencial en energías renovables”

Según Luis Rotaeche sin necesidad de grandes cambios en el sistema, la generación eoloeléctrica y solar podría representar un 10% de la matriz energética argentina en lugar de explicar menos de sólo un 1%, como en la actualidad.


"Con la calidad y cantidad de recursos naturales que posee el país, resulta inaudito que hoy se importe energía". Así lo cree Luis Rotaeche, autor de Energías renovables en la Argentina, una propuesta para su desarrollo, obra donde analiza esta temática en profundidad. 

“Nuestro potencial de generación energética a partir de fuentes eólicas, solares, hidroeléctricas, marítimas, geotérmicas, de biomasa, de biogas y de algas se encuentra entre los más grandes del mundo. Es una locura no aprovecharlo”, asegura el ex subsecretario de Planificación en el Ministerio de Infraestructura y ex funcionario del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Según sus cálculos, los países vecinos suman un recurso eólico equivalente a sólo un 60% del disponible en la Argentina. “Pese a ello, hasta ahora la participación de esta clase de energía en la matriz energética nacional es prácticamente nula: se ubica por debajo de 300 megawatts (MW); es decir, menos de un 1% de los casi 30.000 MW instalados”, puntualiza.

Sin mayores dificultades técnicas, asevera, la producción energética de procedencia eólica y solar podría representar hasta un 10% del sistema. “En tanto, con adaptaciones de mayor envergadura, como las llevadas a cabo por naciones de la talla de Dinamarca, Alemania y España, ese porcentaje podría incrementarse hasta un 20%”, agrega.

En cuanto a las limitaciones que actualmente sufre el segmento, explica que se necesitan mejores condiciones para favorecer la inversión privada, que exige imperiosamente previsibilidad y rentabilidad. “Todas las formas de energía requieren para su desarrollo capital intensivo, pero esta condición se torna más evidente en el campo de las renovables, donde casi la totalidad de los costos se concentran en la inversión inicial. No puede perderse de vista, además, que se trata de proyectos de larga duración. La vida útil de un parque eólico –por caso– es de aproximadamente 25 años”, detalla.

Planes y estrategias

La triple carencia de acceso financiero, de un marco regulatorio apropiado y de instituciones que manejen la política pública complica sobremanera el panorama para las energías renovables argentinas. “El sector público no tiene financiamiento suficiente. El próximo gobierno, por su parte, afrontará un déficit fiscal significativo. Ante este escenario, debería impulsarse la creación de un fondo de garantía orientado a avalar algunos de los pagos que deban recibir los emprendimientos de energías renovables a desarrollar”, propone Rotaeche.

De acuerdo con el especialista, estos avales deberían contar con la contragarantía a convenir de grandes organismos internacionales, tales como el Banco Mundial, el BID o la Corporación Andina de Fomento (CAF). “También sería deseable evaluar la posibilidad de obtener contragarantías por parte de empresas internacionales o de organismos públicos o semipúblicos de algunos países”, señala.

No menos importante, acota, será articular el trabajo de un grupo de profesionales dedicados exclusivamente a diseñar un nuevo sistema de políticas públicas en el sector. “Se requiere un plan que en el corto plazo promueva la instalación privada de alrededor de 4.000 MW eólicos (y, eventualmente, solares y de biomasa) durante los próximos cinco años. La instrumentación de estas acciones en el mediano y largo plazo será un gran reto para las próximas autoridades nacionales”, completa.

La opción del hidrógeno

Por la intensidad y constancia de sus vientos, la Patagonia probablemente es el mayor reservorio eólico del planeta. No obstante, a Rotaeche lo obsesiona pensar cuál es la mejor manera de explotar los recursos de esa región privilegiada. “El hidrógeno, utilizado como vector energético, puede representar una excelente opción”, revela.

En su opinión, gracias a los avances tecnológicos esa alternativa desempeñará un rol central en la energía del futuro. “La Argentina podría incluso exportarlo, ya que en los próximos años será posible generarlo con los vastos recursos de las energías renovables, en particular mediante la vía eólica, y extraerlo en forma limpia a través de la hidrólisis del agua con electricidad”, sintetiza.



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