En siete años, el carbón será el combustible fósil más usado del mundo

Motorizado por las economías emergentes de China e India. El consumo carbonífero a escala global será mayor que el de petróleo en 2022, según los cálculos de la Agencia Internacional de Energía. La proyección colisiona con las promesas ambientales de China, ya que el carbón es una fuente de energía barata, pero altamente contaminante.

En tan sólo siete años, el carbón superará al petróleo como el combustible fósil más utilizado a lo largo y ancho del planeta. Así lo proyecta la Agencia Internacional de Energía (IAE) que basa su vaticinio en los crecientes requerimientos carboníferos por parte de China e India.

Según la entidad que coordina las políticas energéticas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el consumo de carbón trepará desde 4.320 millones de toneladas (Tn) hasta 4.400 millones de Tn entre esta temporada y 2019, y –de prolongarse esa tendencia– sobrepasará a la demanda global de petróleo en 2022. China desempeñará un rol clave en dicho período, ya que acaparará un 50% de la producción y elevará el uso del recurso entre un 2% y un 3,7%. India, por su parte, se convertirá en el segundo consumidor mundial.

De acuerdo con la IAE, los esfuerzos de la mayor parte de los países desarrollados por combatir la contaminación y el cambio climático a través del apoyo a fuentes renovables de energía como la eólica, la solar o la hidroeléctrica serán insuficientes para detener el avance del carbón, al que seguirán recurriendo en el corto y mediano plazo por su bajo precio.

A decir de Maria van der Hoeven, directora ejecutiva de la IAE, el liderazgo de esta materia prima en la matriz energética planetaria luce inexorable. “Guste o no, el carbón va a seguir con nosotros por mucho tiempo. Sucede que ofrece múltiples ventajas, entre las que figura su costo sumamente competitivo, junto con el hecho de que las plantas de generación por esa vía se integran de manera muy simple a los sistemas de energía existentes”, aseguró.

La proyección parece darles la razón a las organizaciones ambientalistas que se mostraron escépticas en relación con los rigurosos compromisos de cuidado del medio ambiente recientemente suscriptos por China y Estados Unidos. Según la propia IAE, el carbón podría ser directamente responsable de un 60% del total de emisiones de gases causantes del “efecto invernadero” registradas en los últimos 15 años.

Futuro asegurado

En consonancia con las estimaciones de la IAE, Leopoldo Millán, gerente de Tecnología y Procesos de Techint, también cree que el futuro del carbón como una de las principales fuentes de energía eléctrica está asegurado en todo el mundo. “Con la generalización de las centrales de captura y almacenamiento de dióxido de carbono (CO²), próximamente el mundo dejará de asociarlo con la contaminación ambiental y el cambio climático”, anticipó.

Sobre la base de cálculos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el especialista vaticinó que para 2035 la población mundial crecerá un 20% y pasará de 6.000 a 8.400 millones de habitantes. “Mientras que en los países desarrollados el aumento será de un 15%, en los subdesarrollados llegará a un 25%. El Producto Bruto Interno (PBI) global, en tanto, se duplicará. Subirá un 67% en las naciones más poderosas y se triplicará en las menos pudientes”, puntualizó.

Pese a esas marcadas subas, indicó que el consumo planetario de energía no se elevará más que un 40%, fundamentalmente motorizado por el impulso de los países en vías de desarrollo (cuya demanda experimentará un alza de un 84%). “Eso ocurrirá debido a una moderación en el crecimiento del consumo de las potencias (que será de un 12%), en función de sus mayores niveles de eficiencia”, señaló.

En ese contexto, añadió que junto con los combustibles líquidos y el gas natural el carbón seguirá siendo un pilar del abastecimiento energético humano. “Actualmente, un tercio de la humanidad (2.000 millones de personas) sufre restricciones en el acceso a la energía. Un buen porcentaje de los habitantes de China e India, dos de las economías que más rápidamente están creciendo, padecen ese problema. Para solucionarlo, ambas naciones seguirán apostando por el carbón como fuente de electricidad”, manifestó.

Cifras a considerar

Según la base de datos de la petrolera BP, las naciones con mayores existencias carboníferas son Estados Unidos, Rusia, China, Australia e India, en ese orden. Los norteamericanos cuentan con existencias probadas por alrededor de 240.000 millones de Tn; es decir, 80.000 millones más que los rusos (que poseen aproximadamente 160.000 millones de Tn) y 125.000 millones más que los chinos (que totalizan unos 115.000 millones de Tn).

En el medio local, dentro de la ciudad santacruceña de Río Turbio se calcula que hay 450 millones de Tn de reservas, lo que permitiría abastecer el consumo interno durante más de 100 años.

Dos tipos de centrales monopolizan actualmente el mercado de generación eléctrica de origen carbonífero a escala global: las plantas de carbón pulverizado, por un lado, y los sistemas integrados de gasificación de ciclos combinados, por otro. En China, un 36% de las usinas de carbón son de tecnología avanzada; es decir, supercríticas y ultra-supercríticas.

Diversos analistas consideran que la futura masificación de las centrales de captura de CO2 constituirá una gran noticia para el medio ambiente, ya que –aunque tienen una eficiencia entre un 6% y un 8% menor que las unidades convencionales– contaminan infinitamente menos.



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