El
ministro de Energía Eléctrica, Alí Rodríguez, explicó que "el fenómeno
del Niño, con el verano más intenso en 50 años en Venezuela, nos colocó
ante una situación muy fuerte, porque (el nivel del embalse del Guri)
descendió a unos niveles muy peligrosos".
El
Guri es la tercera central hidroeléctrica más grande del mundo, con una
capacidad instalada de 10.000 megavatios (MW), pero debajo de la central
binacional Itaipú de Brasil y Paraguay, y del complejo hidroeléctrico
de la presa de las Tres gargantas en China.
Sin
embargo, "allí se demostró que era necesario instalar otras fuentes de
electricidad como la térmica y otras", agregó Rodríguez.
Parte
de la respuesta a la urgencia energética se concentró en instalar
durante 2010 unos 5.200 megawatts (MW) entre varias plantas
termoeléctricas con sistema dual a gas y diesel, a través de un Fondo
Eléctrico Nacional por 4.000 millones de dólares.
Rodríguez,
secretario general de la Organización de Países Exportadores de
Petróleo (OPEP) durante 2001, argumentó que la fuente "térmica es la más
barata, porque al concretar el plan gasífero (venezolano), que aún no
está lo suficientemente desarrollado, tenemos la fuente más económica
para generar electricidad".
Informó que "por
ahora, estamos instalando máquinas duales donde se genera electricidad
con combustible líquido", dijo el funcionario desde su despacho en
Caracas.
De esta manera, Venezuela, octavo
productor mundial de crudo, planea desviar para este año unos 90.000
barriles diarios de sus exportaciones de diesel para su consumo interno,
que asciende en la actualidad a 560.000 barriles por día.
"Venezuela
posee un potencial termoeléctrico bastante grande, gracias a que tiene
cuantiosas reservas de petróleo y gas", dijo Rodríguez.
El
ministro confirmó la instalación en Venezuela, a mediano y largo plazo,
de 18.700 MW de capacidad de generación a través de la combinación de
las fuentes térmica, hidráulica, eólica, nucleoeléctrica y de recursos
menores como biomasa y desechos urbanos.
Para
tal fin, el gobierno venezolano calcula invertir, en el caso de la
termoeléctrica, unos 1.000 millones de dólares, en la eólica unos 5.000
millones de dólares y en la hidráulica 3.000 millones.
"Son
inversiones muy cuantiosas, y las más baratas siguen siendo la
hidráulica y la eólica, aunque esta última requiere de una inversión más
alta en el comienzo. Y la termoeléctrica es económica pero muy costosa
en el mantenimiento", declaró Rodríguez.
Venezuela
tenía una capacidad instalada de 0 MW de energía eólica hasta 2008,
según un informe de la Dirección de Energías Renovables del Ministerio
de Energía y Petróleo.
Pero el Plan de
Desarrollo del Servicio Eléctrico Nacional (2005-2024) precisa que este
recurso se utiliza de manera aislada en haciendas y casas rurales a
través de aerogeneradores comerciales o de fabricación artesanal para la
extracción de agua potable subterránea.
Los
estudios oficiales recientes estiman que la nación, con una vasta costa
caribeña de 2.718 kilómetros de extensión, tiene un potencial eólico por
20.000 MW, cifra que equivale a 83 por ciento de la capacidad instalada
total del país hoy día, de unos 24.000 MW.
Del
potencial eólico venezolano, Rodríguez destaca en particular el recurso
energético presente en la región semidesértica de La Guajira, en el
estado Zulia, entidad fronteriza con Colombia, ubicada a más de 700
kilómetros al este de Caracas, la capital venezolana.
"Es
el gran Guri eólico", tiene estimaciones de 10.000 MW y presenta un
régimen bastante uniforme en la dirección y velocidad del viento, que se
puede aprovechar en 65 por ciento en comparación con el 25 por ciento
de promedio en Europa", señaló Rodríguez.
El
experto energético explicó que en La Guajira se busca la instalación
progresiva de 400 MW, con la finalidad de llegar al "óptimo
aprovechamiento del potencial".
En abril de
2010, la estatal venezolana Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec) y
la argentina Industria Metalúrgica Pescarmona S.A. (Impsa) firmaron un
programa de trabajo para la construcción de un parque eólico en esta
zona con una capacidad de 25,2 MW.
La española
Gamesa Corporación Tecnológica y la estatal Petróleos de Venezuela
(PDVSA) construyen desde junio lo que será la primera central eólica
venezolana con 24 aerogeneradores, y que iniciará operaciones, según las
autoridades, durante el primer semestre de 2011 con 30 megavatios.
El
convenio con la Gamesa Corporación Tecnológica abarca el suministro de
76 aerogeneradores, modelo AE-61, de 1.320 KW cada uno.
Según
estudios locales, otras zonas geográficas óptimas para la generación de
energía eólica son las islas Margarita y Coche del estado insular Nueva
Esparta (noreste), la península de Araya en el estado Sucre (noreste),
así como también las regiones andina (suroeste) y llanera (centro).
La
energía solar es otra de las grandes posibilidades de desarrollo en
esta nación tropical y costera. Según el Plan de Desarrollo del Servicio
Eléctrico Nacional 2005-2024, se puede instalar un sistema fotovoltaico
en cualquier zona del país.
No obstante, los
planes gubernamentales apuntan hacia la instalación de paneles solares
en pequeñas comunidades alejadas de las líneas de transmisión de energía
como poblaciones indígenas, rurales o fronterizas.
Según
un estudio de la Fundación para el Desarrollo de Servicio Eléctrico
(Fundalec), más de 7.000 comunidades carecían de este servicio básico en
Venezuela en 2005.
Con el programa "Sembrando
luz", de Fundalec, creado en 2005, hasta la fecha se instalaron, entre
sistemas solares e híbridos (sistema que combina energía solar, eólica y
gasoil), más de 800 sistemas fotovoltaicos para hospitales, escuelas o
casas comunitarias de poblaciones aisladas.
En
2010, el programa energético para comunidades excluidas del sistema
eléctrico nacional invirtió unos 6,2 millones de dólares estadounidenses
para la instalación de 1.531 sistemas de energía solar.
Y
en materia nuclear, la nación latinoamericana decidió en octubre la
instalación de esta fuente alternativa, puesto que depende de centrales
hidroeléctricas y termoeléctricas, así como su bajo impacto ambiental en
emisiones de CO2.
En octubre, Caracas acordó
con Moscú la importación de uranio ruso, la construcción de una planta
nucleoeléctrica que contará con dos reactores VVER-1200, capaces de
generar 4.000 MW cuando estén al tope de su funcionamiento en unos 10
años, y la capacitación de personal local.
Los proyectos para la generación de electricidad a través del desarrollo de la biomasa y desechos urbanos son muy básicos.
El
ministro explicó que la biomasa se desarrolla en algunas centrales
azucareras a partir de los desechos de la producción, mientras que la
producción de energía a través del metano está aún en conversaciones con
empresas del ramo.
Fuente: http://www.argenpress.info/
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