Como es de conocimiento público en el mes de febrero se produjo un importante incremento de los valores de la energía eléctrica principalmente como consecuencia de la entrada en vigencia de nuevos valores del precio estacional.
El precio estacional medio es el valor medio que pagan las distribuidoras por la energía que reciben, que luego trasladan a los usuarios finales a un valor que depende del perfil de cada usuario agregándoles lo que se denomina valor agregado de distribución (su costo de distribución más el costo de la expansión de las redes y ganancias)
Originalmente este valor era determinado a través de una estimación del valor esperado del precio monómico siendo sancionado trimestralmente por la entonces Secretaria de Energía basada en cálculos de CAMMESA. El precio monómico a su vez es la suma de todos los conceptos que componen el costo de generar electricidad.
La estabilización de este valor durante periodos trimestrales tenía el objeto de no someter al usuario final a las variaciones de los costos de la energía eléctrica que de acuerdo a los mecanismos de fijación de precios podían tener variaciones bruscas dependiendo de los cambios en la demanda.
Las variaciones entre el valor monómico esperado y el valor realmente sucedido se cubrían con un fondo de estabilización
Con la devaluación y crisis económica del año 2002 el Gobierno Nacional decidió, a pesar de los aumentos de los costos de producción de energía eléctrica, mantener casi constantes los valores en pesos de los precios de dicha energía a los usuarios finales (especialmente a los residenciales de bajos recursos) con el objeto de no castigar aún más a un sector de la sociedad ya castigado por la crisis económica.
Esto se tradujo en principio en el agotamiento del dinero existente en los fondos de estabilización y luego en la necesidad de cubrir la diferencia creciente entre lo que debían cobrar los generadores por la energía que entregaban a la red (precio monómico) y lo que pagaban los usuarios por esa misma energía (precio estacional) con aportes del Tesoro Nacional.
Con el tiempo los valores unitarios que pagaban los usuarios de mayor poder adquisitivo, la industria y el comercio por la energía que consumían fueron elevándose pero la gran mayoría conservó los valores en pesos previos a la devaluación y los que sufrieron modificaciones estas mismas no alcanzaron a los valores del precio monómico, siendo cada vez mayores los aportes que debía hacer el Estado Nacional para cubrir la diferencia.
El 25 de enero de este año a través de la resolución Nro 6/2016 del Ministerio de Energía y Minería se produjo una importante modificación del valor de los precios estacionales con vigencia a partir del 1 de febrero con una escala que depende también del perfil de los usuarios.
En el siguiente gráfico se puede apreciar las variaciones del precio monómico (y los ítems que lo integran) y el valor medio del precio estacional en el último año.

Lo destacable es que se esperaba, como consecuencia de este aumento, una importante disminución de los aportes del estado a CAMMESA, observándose sin embargo que el déficit, en lugar de disminuir, aumentó fuertemente (de alrededor de $ 1.500 millones en noviembre a alrededor de $ 3.800 millones en febrero) como se puede apreciar en la evolución del fondo de estabilización de la energía según datos de CAMMESA.

Como se puede apreciar el déficit de febrero es muy superior al de los meses previos a pesar del importante aumento del precio estacional.
La causa es que el precio monómico también ha tenido un fuerte aumento principalmente por la incidencia de la devaluación en dos ítem que tienen un importante peso: los ”sobrecostos transitorios de despacho” (uso de combustibles líquidos) y los “contratos de abastecimiento” e importaciones (que son también en dólares).
Lo preocupante es que el fuerte aumento de los valores de la energía eléctrica a los usuarios es solo una pequeña parte del que vendrá para solventar la diferencia que queda entre el precio estacional y el monómico no resuelto totalmente con este incremento tarifario.
En abril se debe definir cuál será el precio estacional del lapso mayo-julio, oportunidad para corregir el déficit mencionado, lo que conlleva a una dificultosa toma de decisión que supera al análisis puramente técnico, porque los tarifazos por más inevitables que sean tienen un alto costo político.
·Por Carlos Rey. Ingeniero, especialista en Energía.
Fuente: http://www.melectrico.com.ar/
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