La deuda de las distribuidoras -asfixiadas financieramente por el congelamiento tarifario para los usuarios residenciales de Buenos Aires- fue el disparador que aceleró la intervención del Gobierno en el sector eléctrico, anunciada formalmente a las empresas en una reunión el 24 de agosto con el viceministro de Economía, Axel Kicillof, y el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno. Las compañías operan bajo la órbita del Estado nacional, Edenor y Edesur, que ofrecen el servicio eléctrico en Capital y Gran Buenos Aires, explican alrededor de un 45% del rojo con Cammesa.
Algo así como $ 300 millones entre las dos, según cálculos privados. De hecho, a mediados de julio, Edesur dejó de pagarle a Cammesa una porción de la factura. Debía desembolsar $ 148 millones pero sólo abonó $ 12 millones. Edenor también está atravesando momentos complicados. “La empresa pierden, además, a razón de $ 1,5 millones diarios por no poder cubrir sus gastos operativos”, advirtieron desde la distribuidora propiedad de Pampa Energía. Sin embargo, las firmas más complicadas son algunas del interior. “La distribuidora de Catamarca adeuda la factura eléctrica de más de cinco meses, en tanto que Emdersa (del grupo Vila-Manzano) debe dos o tres meses”, señaló un directivo de Cammesa, que prefirió la confidencialidad.
Fuente: Newsletter Inversor Energético y Minero
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