El sistema también implica un mercado en tiempo real, en el que la gente compra y vende energía de la manera más rentable, como explica Anders Troi, Head of Programme, Intelligent Energy Systems, de la Universidad Técnica: “Cada uno puede participar y comprar energía cuando sea barata, por ejemplo a 10 céntimos el kilovatio cuando hay mucho viento. Puede comprar energía para su vehículo eléctrico. Cuando haya más demanda, el precio por kilovatio pude subir hasta 1 euro, y los vendedores ganarán más dinero”.
La energía de los vehículos eléctricos se puede volver a vender en la red. La energía se puede volver a utilizar. Se garantiza así la estabilidad del sistema pero también implica cargar y descargar más rápido las baterías de los coches.
“Este coche puede recorrer 100 kilómetros, luego se recarga. Para que pueda volver a andar se necesitan un mínimo de 2 horas”, comenta Louise Groth-Michelsen.
Un vehículo eléctrico necesita unas 8 horas para cargarse completamente. El objetivo es que ese tiempo se reduzca a una hora en el futuro e incluso en un par de minutos. Así lo explica Daniel Kullmann, estudiante de la Universidad Técnica de Dinamarca: “A través de este cable tan grueso se puede transferir más energía. Se trata de un sistema de tres fases. Así se puede transferir la potencia que necesita el coche a la batería, pero en menos tiempo”.
Y otro estudiante, el colombiano Óscar Forero, está trabajando en un software para que saber el estado de carga de los coches y la cantidad de energía que necesitan: “Lo que nosotros queremos hacer es poder extender esa plataforma porque sea un poco más genérica y de esta manera pueda utilizar las baterías de los coches eléctricos y poderlas integrar a la red eléctrica”, apostilla.
La isla de Bornholm acogerá más vehículos eléctricos en los próximos meses. Se espera que muy pronto la décima parte de los coches de Dinamarca sean eléctricos o híbridos.
Fuente: http://es.euronews.net/
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