Xinjiang es una de las regiones con mayor potencial de energía eólica del país asiático, por su régimen de vientos fuerte y constante. Especialmente favorable es la situación de Hami, una zona remota, cercana a la frontera con Mongolia, donde el Gobierno chino espera desarrollar este sector.
Según datos oficiales, el potencial de producción de energía de Hami se eleva a 75 millones de kW, lo que supone aproximadamente el 60 por ciento de toda la provincia.
La planta anunciada es una de las siete grandes infraestructuras eólicas de más de 10 millones de kW que Pekín tiene previsto edificar para 2020.
Sólo entre las siete instalaciones acumularán el 60 por ciento de la energía procedente del viento que utilizará China, equivalentes a una capacidad combinada de 90 millones de kilovatios.
De hecho, en 2009 China ya fue líder mundial en la instalación de turbinas, con 10.129 nuevos dispositivos que acumulan una capacidad de 13,8 GW, lo que supone la instalación de una nueva turbina cada hora en el país.
China, el mayor consumidor de energía del mundo según los últimos datos de la Agencia Internacional de la Energía, se encuentra inmerso en el proceso de desligarse de los combustibles fósiles, en especial del carbón, muy contaminante y que todavía supone casi dos tercios del consumo energético nacional.
El país se comprometió a llegar a producir dentro de una década el 15 por ciento de la energía que consume a través de combustibles no fósiles, una nomenclatura en la que Pekín también incluye la energía nuclear.
Fuente: http://economia.terra.com.co/
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