El éxito alcanzado por la primera ronda licitatoria del Plan RenovAr para fomentar la generación de energías renovables y el inesperado anuncio del presidente Mauricio Macri sobre la celebración de una nueva licitación en octubre fueron gratamente recibidos por un creciente número de empresas que aspiran a colaborar con el crecimiento del segmento eólico.
Algunas de ellas tienen una destacada trayectoria en otros rubros, como es el caso de AESA, proveedora de equipos para la industria de Oil & Gas, que pertenece al Grupo YPF desde 1996. “Creemos que tenemos mucho por aportarle a la energía eólica. Queremos brindar servicios de valor a los nuevos proyectos aerogeneradores”, anticipó Adrián Dourado, representante de la firma, en el marco de la cumbre “Viento & Energía 2016”, que la Asociación Argentina de Energía Eólica (AAEE) organizó entre los días 14 y 15 de septiembre en la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires.
Según el directivo, AESA posee experiencia y capacidad de recursos para afrontar grandes emprendimientos vinculados con el aprovechamiento de los vientos. “Poseemos equipamiento propio y estamos orgullosos de nuestra capacidad de montaje”, resaltó.
Otra compañía deseosa de participar en el incipiente mercado es Sica. “Hacemos equipos para yacimientos petroleros y refinerías, pero nos encontramos en proceso de transformar nuestras competencias a fin de incursionar también en la fabricación de torres eólicas”, señaló Esteban Weidmann, gerente comercial de la organización.
En ese sentido, reveló, Sica tiene un plan de inversiones en curso que se desarrollará por los próximos tres años. “Estamos convencidos de que si las torres no se fabrican en forma seriada, resultará imposible lograr los costos competitivos que requiere el medio local. Estamos en condiciones de competir y nuestra producción tiene sobrada calidad. Al Estado no le pedimos proteccionismo, pero sí una política industrial que nos acompañe”, exigió.
La principal empresa naval de la Argentina también puso la mira en el sector. “Creemos que tenemos las capacidades productivas para colaborar con el crecimiento de las energías renovables. Hoy la gran mayoría de las torres eólicas que se instalan en la Argentina se compran en el exterior. Podríamos ayudar a cambiar eso”, indicó Héctor Pagani, gerente de Energías Renovables de Astillero Río Santiago.
Para rediseñar su taller de fundición y sus líneas eléctricas, y contar con el equipamiento necesario, adelantó, la firma necesita una inversión de US$ 10 millones. “Tenemos capital humano, científico y técnico para llevar adelante esta transformación. Hay que hacer torres y aerogeneradores en el país”, remarcó.
Grandes oportunidades
A decir de Erico Spinadel, timonel de la AAEE, el interés generado en la ronda inicial de RenovAr justifica una pronta segunda vuelta –tal como la anunciada por el Gobierno– que amplíe el número de empresas desarrollando proyectos aerogeneradores en el país. “La primera licitación sirvió para que el mercado adquiriera una idea concreta sobre los precios. Ahora los inversores están sobre aviso; es decir, tienen mayores certezas acerca de las oportunidades a aprovechar. Evidentemente esto promoverá un mayor interés por nuestra actividad”, vaticinó.
Una de las empresas más enfocadas en contribuir con el desarrollo sectorial es Coamtra. Según su titular, Xavier De Bonis, en la actualidad se montan cada vez más molinos de mayor potencia, con mayor diámetro de rotor y torres más altas a fin de lograr una mayor eficacia operativa. “A la hora de implementar nuevos proyectos, la obra civil es un punto crítico. En ese sentido, la Patagonia puede ofrecer facilidades por su amplitud de terrenos a la hora de ejecutar acciones como el traslado de la grúa principal. En la construcción de un parque eólico las tareas son repetitivas, pero la exigencia es grande”, explicó.
Justamente en cuanto al potencial de los vientos patagónicos, Gustavo Nuñez, referente de la Cooperativa Eléctrica de Río Grande, disertó sobre la importancia de aprovechar el boom eólico para vincular Tierra del Fuego con el Sistema Argentino de Interconexión (SADI). “Esta clase de energía puede cumplir un papel decisivo en el abastecimiento provincial”, expresó.
Desafíos técnicos
A la hora de pensar en los desafíos técnicos a sortear, Carina Albrecht, directiva de la consultora especializada Geo-Net, se refirió a la necesaria validación de los modelos de flujo del viento en terrenos complejos. “El país no puede dejar de considerar el papel clave de las complejidades del terreno a la hora de simular un flujo de viento. La simulación precisa ser realizada con tecnologías avanzadas de modelado”, puntualizó.
A su criterio, no alcanza con el modelado sencillo. “El proceso de validación es vital para garantizar niveles bajos de incertidumbres y menores riesgos de inversión”, enfatizó.
Para Carlos Badano, referente de la AAEE y directivo de Saint Vincent, varios proyectos locales pueden seguir el ejemplo pionero del parque eólico Nuevo Manantial, en Uruguay. “En asociación con las firmas Agroland y Nuevo Manantial, armamos un complejo de 10 MW en tiempo récord, con máquinas usadas importadas de Holanda. Esta operación dio resultado, por lo que se compró el mismo equipamiento para otros emprendimientos. Actualmente el parque está funcionando sin problemas”, puntualizó.
La Argentina, expresó, ya fue sede de obras mucho más complejas, por lo que la factibilidad de este tipo de iniciativas resulta muy alta. “Si el objetivo es impulsar rápidamente la generación eólica, las máquinas usadas pueden ser una opción, ya que reducen a la mitad los costos en proyectos pequeños y presentan tasas de retorno de un 14%”, completó.
Fuente: http://revistapetroquimica.com/
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