Se calcula que para 2050 la industria energética deberá abastecer a más de 9.000 millones de personas –un tercio de las cuales vivirá en China e India–, lo que sumado al hecho de que el petróleo y sus derivados seguirán dominando la oferta mundial implica un desafío colosal a la hora de hablar de manejo responsable de los recursos.
Consciente de la magnitud de ese reto, la Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés) postula una ecuación que podría derribar varios paradigmas vigentes.
En su estudio “Perspectivas de Tecnologías Energéticas 2015”, la entidad que defiende los intereses de las grandes potencias advierte que la falta de apoyo a las fuentes renovables ya no podrá escudarse en cuestiones económicas, puesto que en el transcurso de los próximos años cada dólar invertido en el segmento permitirá ahorrar tres en combustibles fósiles.
“Con ese escenario proyectado para 2050, es menester triplicar cuanto antes el presupuesto en materia de investigación y desarrollo de tecnologías energéticas limpias. Hoy se destinan al área unos US$ 17.000 millones en todo el mundo. La idea es llevar esa cifra a más de US$ 50.000 millones”, indicó Maria van der Hoeven, directora ejecutiva de la IEA. Para que ello ocurra, señaló, será vital que los distintos gobiernos y el sector privado trabajen de manera mancomunada, concentrando sus principales esfuerzos en el desarrollo y la instrumentación de tecnologías de bajas emisiones de dióxido de carbono (CO2). “Habrá que poner el foco, sobre todo, en el perfeccionamiento y abaratamiento de costos de los paneles solares, y en la optimización de la eficiencia del consumo de carburantes en el ámbito vehicular”, puntualizó.
Según el informe de la IEA, los progresos alcanzados hasta ahora por el sector de las energías verdes resultan insuficientes para limitar el incremento promedio de la temperatura global a unos 2 °C, nivel considerado “aceptable” por los especialistas. “A fin de lograr ese objetivo, será necesario disminuir las emisiones de CO2 en un 40%, lo cual no resultará nada fácil”, reconoció Van der Hoeven.
Mayor respaldo
Aunque crea que hay mucho margen de crecimiento por aprovechar, la IEA no niega la evolución que vienen experimentando las energías verdes. De acuerdo con la organización Renewable Energy Policy Network for the 21st Century (más conocida como REN21), actualmente unas 95 economías emergentes respaldan el rubro frente a los apenas 15 estados que lo hacían en 2005.
En este contexto, la capacidad instalada de las fuentes limpias viene creciendo a un ritmo de un 8% anual. Hoy supera los 1.600 Gw y representa más de un 50% de la adición neta a la producción eléctrica anual del planeta.
“El mayor apoyo a las energías verdes en los países en desarrollo contrasta con su reducción en algunos distritos europeos y en Estados Unidos, donde además hay incertidumbre en las políticas públicas renovables e incluso se están aplicando medidas retroactivas”, comparó la REN21.
Según la entidad, 6,5 millones de personas trabajan directa o indirectamente en la obtención de energías limpias. La hidroelectricidad, que viene aumentando a una tasa de un 4%, ya supera los 1.000 Gw de capacidad instalada y explica cerca de un tercio de la electricidad renovable agregada cada año. Por su parte, las restantes fuentes limpias suman casi 600 Gw, con la particularidad de que la producción solar-fotovoltaica se está expandiendo más que la eólica.
Potencial relegado
A la hora de reseñar los países con mayor potencial para la producción de energías amigables con el medio ambiente, parece ineludible pensar en la Argentina, cuyo territorio dispone de una amplia gama de recursos naturales en cantidad y calidad. Pero eso no es lo que cree la consultora internacional EY (ex Ernst & Young), que en su última edición del ranking anual “Renewable Energy Country Attractiveness Index” (RECAI) dejó fuera del listado al país.
Según el relevamiento, que mide el atractivo sectorial a lo largo y ancho del planeta, el mercado argentino está muy lejos de ser considerado uno de los más interesantes para la generación energética eólica, solar, hidroeléctrica y geotérmica, entre otras vías limpias.
Consultado al respecto, Enrique Grotz, partner del área Energy & Chemical and Utilities de la consultora, se comunicó directamente con el personal de E&Y Global Power and Utilities Center, encargado de elaborar el informe, y transmitió su tajante respuesta. “El índice toma en consideración una gran cantidad de naciones, pero se publican sólo las primeras 40. Actualmente la Argentina no figura entre ellas y es por eso que no aparece en la publicación”, explicó.
El ranking se encuentra liderado por Estados Unidos –que recibió un puntaje total de 75,2 unidades–, China (74,7) y Alemania (67). Le siguen Japón (64,8), Canadá (60,4), Reino Unido (60,3), India (59,5), Francia (58,2), Australia (58,1) y Brasil (55,6), que es la nación latinoamericana mejor calificada.
Fuente: http://revistapetroquimica.com/
Publicar un comentario