Además de proporcionar préstamos a largo plazo y garantías, el BID también ayuda a movilizar recursos de otros prestamistas, a través de préstamos sindicados y otras transacciones financieras que permiten lograr acuerdos flexibles de riesgo compartido, así como el aprovechamiento de los Fondos de Inversión Climática (CIF, según sus siglas en inglés). El BID también provee asistencia técnica para las empresas que quieren acceder al mercado de créditos de carbono.
La energía eólica se ha convertido en una importante fuente de demanda de préstamos del BID ya que los nuevos materiales y diseños de turbinas han reducido el coste por vatio, haciendo de ésta una alternativa atractiva tanto para los gobiernos como para las empresas en varios países de América Latina y el Caribe.
En diciembre, el Banco aprobó US$102 millones en financiamiento para dos proyectos de energía eólica por un total de 318 MW en el estado de Oaxaca, México. El proyecto ayudará a establecer una masa crítica de energía renovable en el país, además de proporcionar energía limpia a las empresas privadas, así como generar puestos de trabajo y pagos a las comunidades rurales de bajos ingresos.
El año pasado, el BID aprobó la suma de US$1,2 mil millones en financiamientos destinados a proyectos del sector privado, una tercera parte del cual se utilizó para financiar proyectos de energía renovable y eficiencia energética en la región.
El BID también financia proyectos de energía limpia y eficiencia energética a través de préstamos y donaciones a los gobiernos de sus 26 países miembros prestatarios. En 2009, el Banco más que duplicó la financiación para mejorar el medio ambiente, enfrentar el cambio climático y propiciar las energías renovables. El BID aprobó 33 nuevos préstamos para proyectos verdes en los sectores público y privado por un total de más de US$3,500 millones. De estos préstamos, 15 de ellos (sumando en conjunto la cantidad de US$2,100 millones de dólares) fueron destinados al cambio climático y las energías renovables.
El Banco complementa esta actividad financiera destinando más de US$61,6 millones a la cooperación técnica, realizando grandes inversiones en eficiencia energética, energías renovables, biodiversidad y gestión del riesgo de desastres.
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