Así lo muestran las cifras oficiales de ejecución presupuestaria. En el programa denominado Formulación y ejecución de la política de energía eléctrica están disponibles 76.590 millones de pesos, una de las partidas más suculentas del presupuesto, de los cuales el Ministerio de Planificación, que dirige Julio De Vido, recién echó mano a $ 29.286 millones.
Ese programa se utiliza para pagar las importaciones de energía, tanto de gas de Bolivia, el que llega por barco y algunos combustibles líquidos, sin que se traduzca en un costo mayor para la demanda, y así evitar que la menor producción doméstica de energía se note entre los consumidores.
En otros términos, el Gobierno sólo utilizó un 35% de los recursos que destinó este año a subsidiar la energía. La cifra coincide con el nivel de uso cronológico que deberían tener esos recursos. Se trata de una completa rareza en relación con la gestión de la energía en la Argentina.
A esta altura del año pasado, por ejemplo, se habían utilizado 21.803 millones para subsidiar la energía, más de un 63% de los fondos disponibles. Hoy, el porcentaje de uso cayó casi a la mitad.
Otros programas oficiales, en cambio, muestran un agotamiento llamativo en sus recursos. Por caso, el destinado a la prensa y difusión de los actos de gobierno ya empleó 59% de sus recursos, mientras que Aerolíneas Argentinas usó más del 51%.
El golpe de aire fresco sobre las cuentas nacionales no hay que buscarlo en un cambio de la gestión, sino en un guiño internacional. Sucede que la caída del precio internacional del petróleo afectó, también, a sus derivados, entre los que se encuentran algunos de los productos que importa la Argentina. Otro tanto se debe al estancamiento de la economía, que achicó la demanda.
Según el Indec, las importaciones de energía se desplomaron 58% en el primer trimestre del año, desde US$ 2360 millones a US$ 992 millones.
Cada vez más desde 2004, la Casa Rosada echó mano a los subsidios y a las importaciones, a tal punto que comprometieron la estabilidad cambiaria del país. Ese fue el principio del cepo cambiario en sus diversas versiones, desde las restricciones a la compra de dólares a ahorristas hasta la negativa a girar utilidades a las empresas y las dificultades para importar.
Hoy, el escenario va camino a dar un giro: con una menor presión por el lado de las importaciones de energía, es probable que el Gobierno no tenga necesidad a ajustar el cepo, siempre en línea con el manual que utilizó hasta ahora.
NR: Con referencia a esta noticia, esperamos ansiosos poder publicar la noticia que no necesitamos importar mas energía porque con las nuevas instalaciones de generación eléctrica a partir de fuentes de bajo impacto ambiental, podremos generar el faltante de la demanda de energía eléctrica en Argentina con mano de obra nacional.
Fuente: Diario El Inversor
Publicar un comentario