Argentina cada vez más cerca de un modelo energético sustentable

La pandemia aceleró un proceso de cambio en las sociedades y puso en agenda la búsqueda de modelos sustentables tanto en la forma de vida como en los negocios, y más concretamente en los consumidores quienes demandan más que nunca productos y servicios que sean ambientalmente responsables. Históricamente, el debate acerca de las energías sustentables era impulsado por sectores minoritarios y se las identificaba como subsidiadas; en cambio hoy son demandadas por las sociedades en su conjunto y, gracias a los avances tecnológicos, han dejado de requerir subsidios para competir.

En Argentina, existe una política energética, bajo la ley 27.191, con el objetivos de alcanzar al menos el 20% de nuestra matriz energética cubierta por fuentes renovables en 2025, y recientemente el Gobierno Nacional ha manifestado su compromiso de 
ampliar este objetivo al 30%. Estas metas son necesarias pero no suficientes para el desarrollo interno y precisamos políticas firmes con reglas claras y duraderas si es que queremos consolidar el desarrollo del sector en los próximos años.

Hoy en día afrontamos al menos dos grandes desafíos: el primero es la necesidad de aumentar las redes de transporte eléctrico, que representan un límite para una mayor inserción de generación renovable, que permitirá además una mayor electrificación de la economía que otros sectores como la electro movilidad también precisarán. El segundo, mantener las señales de precios energéticos adecuadas , evitando distorsiones tales como subsidios indirectos a la generación térmica que afecten la competencia natural entre las distintas fuentes. Son dos factores indispensables para poder seguir desarrollando esta industria de forma genuina, que tiene un impacto positivo no sólo en el medio ambiente, sino también en la industria, las comunidades y economías regionales. Las energías renovables se basan en un modelo sustentable de economía verde y circular.

Cada central eólica, además de generar electricidad no contaminante a costos competitivos, produce un impacto positivo en las economías regionales del país, fomentando la inversión y creando empleo de alta especialización en zonas remotas del país. En el caso de Vestas, somos motor de desarrollo de pequeñas y medianas empresas que se van especializando en este sector, y como ejemplo contamos en Bahía Blanca con nuestro propio centro de formación para los técnicos locales y de la región. Además, con algunas de estas empresas con las que hemos colaborado, estamos realizando exportaciones de bienes industriales y de servicios especializados, que representan importantes beneficios para el país.

Argentina tiene un potencial muy grande para el desarrollo de las energías renovables, y particularmente la eólica en gran parte de su territorio, y si bien ya ha podido dar sus primeros pasos aún queda mucho camino por recorrer. Potenciar estas fuentes de energía nos permitirá consolidar la transición energética de nuestra economía, para aspirar a que nuestra energía sea 100% renovable. Esto será un beneficio para nuestra sociedad, pero además será un valor agregado para todos los productos y servicios que Argentina produzca y el mundo requiera. Queda claro que tenemos un gran desafío por delante, y que no se puede lograr si no es con el esfuerzo, el trabajo y el compromiso a largo plazo de todos los sectores involucrados, tanto públicos como privados, y también de la sociedad, como agente impulsor del cambio.


Publicar un comentario